sábado, 31 de diciembre de 2011

PÓRTICO DE LA GLORIA (SANTIAGO DE COMPOSTELA)

1. Introducción

El Pórtico de la Gloria de la Catedral de Santiago de Compostela es un pórtico de estilo románico realizado por el Maestro Mateo y sus colaboradores (su obradoiro o taller) por encargo del rey Fernando II.El Pórtico actual no es exactamente el resultado de la obra del Maestro Mateo, ya que algunas de sus figuras originales fueron retiradas al construirse la actual fachada de la Catedral y fueron conservadas en el Museo Catedralicio. Por lo demás, el Pórtico originalmente estaba policromado, pero hoy solo quedan restos de la pintura en algunas partes.




2. Lugar de peregrinación

La Catedral y el Camino de Santiago surgen, según la tradición, cuando se difunde la noticia del descubrimiento del sepulcro del apóstol Santiago. En el s. IX, el obispo Teodomiro de Iria Flavia identifica un templete romano como la tumba del Apóstol. A raíz de este descubrimiento el rey Alfonso II el Casto manda erigir un modesto templo en torno a dicha construcción pagana. Este enclave se convirtió en lugar de culto local hasta el siglo X en que comienzan las peregrinaciones desde todos los rincones de Europa creándose caminos que serán vías de intercambio y difusión de formas artísticas, culturales y de intercambio comercial. El aumento de las peregrinaciones y una cierta estabilidad tras los ataques árabes conducen a una nueva construcción que se inicia en el año 1075, durante el reinado de Alfonso VI y bajo la dirección arzobispal de Diego de Peláez. Se inicia así la construcción de la catedral románica que continúa durante el arzobispado de Diego Gelmírez.




3. Estilo

La Catedral de Santiago de Compostela presenta un salto de estilo: de lo Románico a lo Gótico.

-Caracteres Románicos-

  • La figura se emancipa del marco arquitectónico. No se deforma , ni por afanes expresivos. La representación de las figuras busca las proporciones reales de los cuerpos humanos.
  • Mayor volumen en las figuras , casi de bulto pleno , que se despegan de las columnas, están yuxtapuestas, no se fusionan con ellas, pliegues corpóreos: los ropajes adquieren volumen, caen en pliegues más amplios, los pies buscan posición, ya no son colgantes.
  • En los rostros hay una clara individualización de los rasgos : acercamiento de los personajes sagrados al plano humano. Son más expresivos y afables. Mayor naturalismo.
  • La humanización de las figuras : los profetas se giran y parecen conversar, por tanto, se rompe con la frontalidad anterior, se establece un sentido de comunicabilidad, y sus rostros reflejan sentimientos humanos (sonrisa, tristeza o expresión de asombro).
  • Uso de la bóveda de crucería , tanto en el pórtico como en la catedral vieja.
  • Triple arcada abierta, precedida de un pórtico ; concepción espacial no vista hasta ahora.
-Caracteres Góticos- En la segunda mitad del S. XII en la escultura románica se advierte un cambio fundamental . A medida que avanza el siglo estos caracteres se van acentuando, hasta el punto que muchos teóricos consideran a estas obras como las primeras creaciones del estilo gótico. Este cambio se inicia en el Pórtico Real de Chartres. (Francia ), a mediados del S. XII y culmina en el Pórtico de la Gloria de la Catedral de Santiago de Compostela.

  • Acercamiento al realismo gótico: los pies buscan una posición real, los plegados y la anatomía adquieren un volumen natural.
  • Las figuras son más naturalistas, las posturas menos rígidas y rostros más expresivos


4.Características


Los pórticos de las iglesias románicas y góticas heredaron significados y funciones de los antiguos arcos de triunfo romanos: su decoración historiada mantuvo el carácter histórico-apologético de los arcos imperiales y, evidentemente, el aspecto propagandístico-didáctico ligado a ellos, mientras su función representativa y celebrativa como hechos de arquitectura (dimensiones monumentales y uso del pasaje) tuvo que transformarse en forma simbólica, pero sin desaparecer.

En el Pórtico de la Gloria que hoy conocemos se representa el mundo del hombre: la historia de la humanidad salvada por la victoria de Aquél que ha vencido a la muerte. Cristo está sentado en un trono y rodeado por su corte como figura central del tímpano. Es un judío de la estirpe de David, nacido de María de Nazaret y es, al mismo tiempo, hijo de Dios Altísimo. Por tanto, es el Señor del tiempo (Cronocrator), es Rey de Reyes, al cual todos los príncipes de la tierra le presentarán su acatamiento. En la composición del tímpano Cristo está en actitud de acogida, esperando al pueblo que se acerca a su corte. Las peticiones de los peregrinos están siendo registradas con la ayuda de cuatro cronistas (los evangelistas). 





Al ver la disposición de las figuras, un hombre del siglo XII captaba enseguida el mensaje: un Rey en toda su gloria y majestad dispuesto a ayudar a su pueblo. La viva conciencia religiosa del momento facilitaba la interpretación del sentido de la obra. En aquellos tiempos pocos peregrinos sabían leer, pero todos podían encontrarse con la mirada de Cristo, gracias a la perspectiva original dispuesta por el Maestro Mateo, que les permitía admirar en todo su esplendor la Gloria de ese Rey.

La genialidad del Maestro Mateo va más allá de las interpretaciones que hasta ahora han descrito el Pórtico. El Apocalipsis no es la única fuente de interpretación del Pórtico y, la escena central del tímpano no representa el momento del Juicio Final. Cristo Rey no está en posición de juzgar, está esperando al peregrino Es Él que, sentado en su trono de Gloria, aguarda al hombre que a través del Apóstol Santiago se le acerca. Cristo, con una mirada serena, amable y llena de paz, nos espera al final del camino y con su acogida nos llena el corazón de esperanza. Por eso nos hallamos verdaderamente ante un Pórtico de esperanza para todos los hombres. 

Decimos todos los hombres, tengan fe o no, porque en todos late un deseo de felicidad que nos mueve a ponernos en camino. La Belleza de Cristo, que se ha hecho compañía cercana al hombre desde hace más de 2.000 años, ha sugerido al Maestro Mateo esta obra cumbre y continúa alentando la creatividad del hombre occidental. Europa es uno de sus frutos. El reto es redescubrir nuestras raíces para volver a encontrarnos a nosotros mismos.

La encíclica “Spe Salvi” de Benedicto XVI ilumina el sentido del Pórtico de la Gloria, a pesar de los más de 800 años que la separan de él: “Todos tenemos necesidad de esperanzas –pequeñas o grandes–  que, día a día, nos mantengan en camino. Pero sin una esperanza grande, que debe superar todo lo demás, esas esperanzas no bastan. Esta grande esperanza sólo puede ser Dios, es Él el fundamento de la esperanza – no un Dios cualquiera, sino el Dios que posee un rostro humano y que nos ha amado hasta dar su vida por nosotros” (n. 31. cfr. nn 41 y 44).







sábado, 8 de octubre de 2011

El arte en el Barroco

1. CARACTERÍSTICAS GENERALES DEL BARROCO
Huida del vocabulario clásico

Al agotarse a finales del siglo XVI las posibilidades expresivas del clasicismo, es una vez más el genio italiano el que logra apuntar nuevas direcciones a la expresión plástica. Caravaggio y los hermanos Carracci en pintura, Vignola, Della Porta y Maderna en arquitectura, o Bernini en escultura, logran imprimir un nuevo interés al gastado clasicismo. El predominio de la lógica en la arquitectura o el equilibrio tenso de Miguel Ángel en escultura terminan por fatigar la sensibilidad de las nuevas generaciones. De nuevo la sensación viene a suplir a la razón. A la obra equilibraa y racional del Renacimiento viene a sustituirla la  expresión desequilibrada del Barroco. En arquitectura aparece un repertorio de infinitas curvas. Elipses, parábolas, hipérbolas, cicloides, sinusoides, hélices, sustituyen al perfecto equilibrio del medio punto romano. Ahora las columnas se ciñen de fajas o se retuercen en hélices salomónicas , los frontones son curvos y mixtilíneos. Los muros pierden el sentido plano y se curvan a la búsqueda de mil quebradas, perspectivas y efectos luminosos. Finalmente, la tradicional planta rectangular, heredada de la escultura greco-latina, cesa en su lógica cartesiana para dar paso a plantas elípticas, circulares y mixtas.



Ahora será la arquitectura quien gobierne la dirección plástica. Escultura y pintura se acogerán a ella. y se llega a una verdadera simbiosis de las artes. No solo la pintura, sino también la escultura, se aunarán para formar con la arquitectura un todo magnífico en el que una percepción visual no sabrá distinguir dónde empieza lo uno y dónde termina lo otro.

En el siglo XIX se crea el término Barroco, que se tendrá como un arte decadente y corrompido. En la primera mitad de la actual centuria se continuará ignorando el barroco, o, a lo sumo, aceptándolo como un mal menor que sirvió de puente entre el clasicismo renacentista y el Neoclasicismo del siglo XIX. Pero tanto el dadaísmo como la abstracción pondrían sobre el tapete, nuevamente el valor y la primacía de lo sensorial sobre lo racional. Desde este nueva óptica ha sido reivindicado el barroco como un movimiento tremendamente coherente y lúcido.


El barroco como argumento convincente de poder


La Europa del siglo XVI terminó siendo de todo menos lógica y tranquila. Por una parte el desgajamiento de la unidad en la fe provocada por la revisión luterana, el largo período de la Contrarreforma en el que se dio la defensa católica encabezada por San Ignacio de Loyola y consumada en Trento, colocan al hombre europeo en una situación moral inédita.

Por otro lado el surgimiento de los grandes Estados modernos y su fortalecimiento los lleva a una incesante lucha entre ellos por alcanzar su hegemonía. Los grandes intereses puestos en juego obligan a los monarcas a crear estructuras rígidas de gran eficacia y rápido control. Podríamos resumir la situación europea del siglo XVII como un conjunto de Estados entre los que se da una problemática que conduce al establecimiento de dos tipos de poderes: el Poder papal(Iglesia católica) y el Poder real(monarca).


2. CARACTERES FORMALES DE LA PINTURA BARROCA

El deseo de realismo, de plasmar la vida en su totalidad reflejando sus aspectos dolorosos, la vejez, la tristeza, la lealtad, contrastan con el idealismo antropológico, con la sublimación de la realidad humana en el mundo mítico de las diosas Venus, ninfas, héroes y atletas que hemos contemplado en el Renacimiento. Nuevos temas más cercanos a nosotros atraerán ahora la atención de los artistas. Con frecuencia el paisaje es argumento exclusivo; otras veces bodegones y naturalezas muertas muestran que el hombre barroco exalta la plasticidad de una flor, o una fruta o un vaso de cristal con el entusiasmo con que un siglo antes se celebraba la belleza de vírgenes y madonnas. Así pues desde el punto de vista formal, la pintura barroca se distingue por varios caracteres: 

a)Predominio del color sobre el dibujo. En los grandes maestros las manchas son las definidoras de las formas. Mientras en el estilo lineal es el de la precisión sentida plásticamente, con bordes que impelen a la pulsación táctil, las facturas de manchas nos proporcionan sólo una apariencia óptica, algo vago e impreciso.




b)Profundidad continua. La conquista de la tercera dimensión ha sido ambición casi constante de los pintores. En el barroco se acentúa la selección delante-detrás y la pintura parece poseer tres dimensiones.

c)Hegemonía de la luz. El barroco es el arte de plasmar, pictóricamente, la luz y en correlación la sombra juega un papel hasta entonces inédito, especialmente en los primeros ensayos del estilo(Tenebrismo). 




d)Composición asimétrica y atectónica. La tendencia instintiva a colocar la figura principal en medio y a pintar dos mitades de tela semejantes(simetría) se pierde, de la misma manera que se desecha la malla de horizontales y verticales del arte clásico(composición tectónica).

e)Movimiento. Arte de la vida, no puede el barroco detenerse en formas estáticas; la turbulencia se antepone a la quietud. Con la composición atectónica, especialmente las diagonales, se consigue una primera impresión dinámica;por añaditura las figuras inestables, los escorzos, las ondulaciones, insuflan vida en el tema.

3. AUTORES MÁS IMPORTANTES DEL BARROCO
Diego Velázquez(1599-1600)

Nació en Sevilla, donde conoció al futuro Conde-duque de Olivares, que más tarde le ayudaría a entrar como pintor de la corte. Fue amigo de Valdés Leal y de Zurbarán, y conoció a Rubens quien, además de influirle poderosamente, le recomendó ir a Italia.

Los rasgos principales de su pintura son las representaciones naturalísticas y serenas, rehuyendo lo trágico y el realismo extremo. Evolucionó desde el tenebrismo de Caravaggio hacia colores más claros.

Encuanto a la temática de su pintura, Velázquez presentó escasa inclinación hacia lo religioso, que, en cualquier caso, desacraliza. Lo mitológico, en cambio, recibió un tratamiento abundante aunque de manera irónica. El paisaje aparece como parte integrante de sus cuadros y solo en la Villa Medici lo hizo con carácter independiente. Desarrolló ampliamente el retrato y los temas de género.